WELTRY, EUDORA
Albert le contestaba a su mujer. Con sus manos le dijo: «La encontré. Ahora es mía. Es importante. Importante. Algo quiere decir. Ahora nos llevaremos mejor, nos entenderemos mejor? Tal vez cuando lleguemos a las cataratas del Niágara nos enamoraremos como les ha pasado a otros. Tal vez nuestro matrimonio fue por amor a pesar de todo, y no por aquella otra razón ?el hecho de que ambos estemos marcados de la misma manera: sin poder hablar, solos a causa de eso?. Ahora ya no tienes por qué avergonzarte de mí, por ser siempre tan cauteloso y lento, ni por el hecho de que siempre me tomo mi tiempo? Puedes tener esperanzas. Porque yo encontré la llave. No se te olvide: yo la encontré». De pronto se rió en silencio.