JAN WAGNER
La poesía de Jan Wagner recoge con serenidad, erudición y plasticidad una realidad en principio familiar, poblada de objetos marginales e irrelevantes, que el autor poetiza creando un mundo misterioso, en el que el lector tiene la extraña sensación de encontrarse por primera vez con algo que ya conocía. Un caballo, endrinas, servilletas, koalas, pelotas de tenis, una nutria, bidones para la lluvia o el viento de Nueva Zelanda son algunos de los motivos presentes en estos poemas. Según el autor, el arte está en descubrir los grandes temas en lo aparentemente cotidiano: «Hago versos desde la convicción de que incluso lo más insignificante puede convertirse en poema y que, si se tienen ojo y oído, un poema encierra en sí mismo las cosas más complejas».