ZWEIG, STEFAN
Veinticuatro horas alcanzan para que una vida monótona cambie para siempre. Abandonar una familia; perseguir la pasión; enamorarse como si fuera la primera vez. Como un prisma maravilloso; cada lector y lectora que se asoma a esta novela puede ver distintas formas y razones para hacer estallar una vida en mil pedazos; en mil miradas. El sistema judicial estatal seguramente decide sobre estas cosas con mayor rigor que yo; tiene la obligación de proteger sin piedad las costumbres y convenciones universales: eso lo obliga a condenar en lugar de perdonar. Personalmente; me genera más placer entender a las personas que juzgarlas.